miércoles, 28 de enero de 2009

Edith Piaf en la Av. Arequipa y Cyndi Lauper en el Jr. Colmena

edith piaf

He puesto la música de Cyndi Lauper y me entristezco. ¿Por qué debo ponerme nostálgico? ¡Carajo!, me digo. Sin embargo, la tristeza va acorde con cada canción. La interpretación, por ejemplo, de La vie en rose (la vida en rosa) me recuerda a una flaca de la Alianza francesa. Entonces estudiaba por las noches con el afán de leer en su versión original a Baudelaire o Rimbaud, o las correspondencias de Flaubert; sin embargo, esa finalidad fue perdiendo su esencia. Cada vez iba más por ver a Guislaine (una estudiante de la Católica, de literatura, muy dulce en el trato y con conversaciones enciclopédicas sobre literatura y arte). Nos hicimos amigos y salíamos al café Le Bistrot y allí podía mirarla por largo rato. Simplemente mi satisfacción era esa, sentir que su mirada y su voz se iban a quedar fijadas en mi memoria, que sus senos sugeridos por la blusa me estimulaban a fantasías insospechadas. Nuestras salidas se prolongaron más allá del café. Acordamos encontrarnos en la San Marcos, en la Facultad de Ciencias Sociales porque allí había un parque más privado, de poca concurrencia. Ella me contaba de sus curiosidades literarias que día a día iban siendo despejadas por sus investigaciones. También me decía que su madre la controlaba mucho y que por ser hija única sus padres se creían con el derecho a buscarle novio y cosas por el estilo. Por mi parte le contaba mis dramas amorosos. Desfilaban las marías, las anas, las amandas como si a través de ese relato hiciera una catarsis freudiana. Claro que cada historia no era tan real como podría pensarse, la mayoría de las veces, las reinventaba. Por ejemplo, exageraba las causas del rompimiento con una u otra chica, o atribuía las responsabilidades a ellas (como si la relación no la hubiéramos hechos los dos), en fin, creo que esta afinidad de penas, de reciprocidades en relatos amatorios fue acercándonos mucho más que el estudio del francés. De pronto sentí que la extrañaba. ¿Me estaba enamorando? Entonces decidí descubrirme, develar esa parte que algunos guardamos por prejuicios sociales.

Una noche, a la salida de la clase, le entregué un dvd.

- ¿Quieres ver la entrevista que me hicieron?

- ¿Te entrevistaron? Manya, no sabía.

- Si…

- ¿Y por qué? O sea, ¿cómo así salió la entrevista?

- Fue a raíz de un premio de poesía. Pero mejor velo en casa, ¿te parece?

Asintió muy alegre y se fue o, al revés, yo me alejé como si no quisiera seguir conversando.

Imagino que esa misma noche vio el DVD o tal vez al día siguiente que era sábado. Imagino que estuvieron reunidos todos en la sala. Ella siempre sonriente habría invitado a sus padres a mirar la entrevista de su amigo. Su madre le habría dicho que espere un rato hasta que papá salga del baño. Y luego, papá con mamá se habrían sentado en el sofá con un plato de chizitos Lays y uno de ellos, quizá la mamá porque es la más locuaz, habría preguntado, ¿es el joven que vino la semana pasada? Guislaine asentaría con la cabeza mientras terminaría de configurar el reproductor. Luego, vendría la sorpresa. Una mujer guapetona, rubia y colorada, de nombre Francesca, presentaría el segmento de la entrevista televisada. Allí o después de ese momento estallaría la conmoción.

Presentamos a Yoni Verástegui. Él ganó un premio de poesía hace dos meses. Lo que muchos ignoran es que lo obtuvo cuando estuvo en prisión sentenciado por terrorismo. Yoni Verástegui acaba de salir libre. Ahora nos contará detalles de su encierro y de cómo descubrió la fuerza de la poesía en los diez años que estuvo preso.

El papá de Guislaine habría mirado a su esposa. Ambos, luego de la sorpresa inicial, mirarían a su hija.

- Apaga un rato, hija –diría la mamá, algo nerviosa.

Guislaine apagaría el reproductor sin decir nada. Silenciosa como nunca.

- ¿Esa clase de amigos tienes?

- En verdad que no sabía nada.

- ¿Y un terrorista ha venido a nuestra casa?, ¡Santo Dios!

- ¡Les juro que no sabía nada!

Nunca llegué a enterarme de otros pormenores. En todo caso, los deduzco porque cuando la vi en la Mediateca, adonde íbamos a escuchar las pronunciaciones simuladas del francés, ella no me habló y esquivó en todo momento mi mirada. Al otro día, no vino a clases. A los tres días me enteré que sus padres la habían retirado a otro centro de idiomas, creo que al de la Católica. Solo recuerdo que dejó una nota pequeña en mi mochila (debió ser la hora que salí a tomar un café en el recreo) y que descubrí, a los cinco días.

Debiste avisarme. Mi padre es militar.

Todo esto vino a raíz de escuchar La vie en rose. Pero cuando oigo a Cyndi Lauper interpretar Stay (Permanencia), me viene a la mente la imagen de Gisele. Ella se ríe a cada momento, ningún chiste le parece mal. Cuando la conocí, yo había dejado de estudiar idiomas y había pasado varios años de lo sucedido con Guislaine. En este otro tiempo, me dedicaba a la edición de libros. No era propiamente un empresario editorial, ni mucho menos. Había alquilado una oficina en el Jr. Colmena y allí editaba libros, principalmente aquellos de la intelectualidad de izquierda. Se me ocurrió hacer eso porque creía que los libros editados por los grupos de izquierda no eran tan atractivos, mientras que la derecha divulgaba ediciones impecables.

cyndy lauper

4 comentarios:

  1. El tema del mal dicho terrorismo es el màs fàcil para hacer novelas o cuentos, sino pregùntenle a Roncagliolo, Alarcòn,Uceda, Jara, Amenàbar, etc.

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  2. Particularmente no creo que ningún tema sea "fácil" en materia de escritura, cuando uno es bueno o malo escribiendo... simplemente lo es, agarre el tema que agarre, ...otra cosa es hablar de que tema se vende o no... si esta de moda o no, si esta acogida en los circulos oficiales, etc... etc... Por otro lado es dificil considerar como constructiva una critica que lamentable y evidentemente toma por costumbre adscribirse al anonimato...

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  3. El cuento está hermoso. La amistad rompe las barreras que pone el mal enfrente de los hombres, como en este caso, el terrorismo.No importa cuántos años pasen; el tema, o mejor dicho escribir sobre el terrorismo es tan real; ya sea en cuentos o en novelas al igual que estas, el terrorismo todavía continua.
    El hombre es quien se deja estacado bajo las barreras.

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  4. La idea de escribir, más aún con el alma, te hace dar un giro por la realidad y la ficción.

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