lunes, 19 de enero de 2009

ACERCA DEL PERFIL DEL POETA

W

alter Muschg[1] sostiene que la historia literaria se debate con un problema existencial debido a que las obras y creaciones que son materia de sus estudios, utilizan el mismo medio de expresión que esta ciencia también usa: el lenguaje. Pero el uso que cada uno de ellos realiza, es distinto. Mientras que la historia literaria emplea el lenguaje de una manera racional para sus investigaciones históricas y contextuales; las obras y creaciones al ser materializados por los poetas y escritores, lo utilizan de una manera simbólica, poética. Esto permite afirmar que el poeta al constituir como objeto de investigación el fenómeno creador lo hace con el conocimiento de su profesión enmarcándolo dentro de un proceso histórico.

baudelaire2Ahora, a diferencia de otros intelectuales o artistas, llámese pintores, músicos, políticos y otros, que raras veces se ponen a analizar en un plano abstracto sus métodos de trabajo y el resultado final de sus actividades; los poetas, por el contrario, establecen una relación muy estrecha con los problemas y los métodos de sus actividades creadoras. Saben sopesar sus propias energías vitales –a nivel de experiencias creadoras- con los conceptos teóricos que manejan. En palabras de Muschg, “el hombre dotado como artista es capaz de llegar a comprender los problemas del arte”(p.294).

Sin embargo, definir el perfil del poeta implica resolver también algunos problemas. Por ejemplo, el referido a la carencia de objetividad científica en la caracterización de los poetas contemporáneos en sus investigaciones, ya que se limita a observar la actividad creadora como algo esencialmente incomparable, inescrutable, una maravilla que se sitúa más allá de toda conexión causal. Estas ideas llevan a que conozca los acaecimientos del mundo como mito de su propia existencia, como algo muy subjetivo. A pesar de que el poeta se halla unido a la realidad sus juicios tendrán siempre una dosis de parcialidad, justamente como consecuencia de su subjetivismo.

Por otro lado, la historia literaria como ciencia tiene que examinar los fenómenos de manera que llegue a comprender sus acaecimientos para luego retornar a su propio terreno y desde allí, formular sus observaciones y sus resultados. Todo esto bajo esa actitud vital y de conceptos asimilados. De aquí surge una problemática relacionada con la cuestionabilidad de sus investigaciones, considerándose que el problema del método contiene ya la atribución o la pérdida de sentido en los trabajos realizados: monografía, exposiciones, etc. En todos los trabajos de investigación literaria confluyen esa relación de individualidad y las potencias históricas del espíritu, mientras que en una obra poética, el autor solo nos da el símbolo de su posición vital ante el mundo.

El moderno historiador de la literatura debe considerar los principios de la ciencia literaria y la historia bajo el movimiento del espíritu. De esta manera, el poeta que asume el papel de científico irá desbrozando una senda en el organismo de la historia literaria que investiga expandiendo vida, con su energía vital.

Para ubicar los orígenes del perfil del poeta en su retrato científico, es necesario buscarlos en el humanismo y en el Renacimiento. En estas épocas, hay una floración de la biografía: Boccaccio, Villani, Enea Silvio. En esos documentos exaltando el culto a la personalidad, se ponen al descubierto las anécdotas de aquellos hombres en una satisfacción consigo mismos, los amores provincianos por la gloria y la intensa necesidad de apoyarse en los modelos antiguos. Todo esto son características de la primera fase que en Alemania no prospera porque se da más importancia a la autobiografía reflexiva. De esta manera el yo toma conciencia de sí mismo como nunca antes. Corría el siglo XVII cuando La historia literaria empieza a encargarse de todo esto. En el siglo XVIII, el escritor alemán Lessing empezó a representar en una parte de su personalidad esta tradición pero agregó en los estudios literarios la estética inductiva, así como el relativismo histórico desplazando al culto fetichista de los nombres y títulos. Destacan además, el filósofo y matemático Leibniz, quien sustentó su teoría de la mónada; Voltaire, Montesquieu, Vico quienes aportan nuevas ideas. Pero, fue el sensualismo inglés el que acercó las ideas cada vez más al campo de la experiencia histórica. Winckelmann, escritor alemán establece cuatro periodos estilísticos en el arte griego, siendo de esta forma, en palabras de Goethe, el primero en ir de lo individual hasta la idea de una historia general del arte. Johann Herder, también escritor alemán, logró unificar la sensibilidad estética con lo histórico, puso las bases para una historia comparada de la literatura universal y de la estética. Por otra parte, Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller, se encargan de consolidar el régimen instaurado por Herder, y los románticos recogen su herencia.

De esta manera termina el primer ciclo. La investigación literaria y artística había recaído en manos del mismo genio creador. En este ciclo se había dividido en períodos la historia del espíritu, de la poesía con ayuda de parejas de conceptos dialécticamente entrelazados: ingenuo –sentimental, idealista –realista, antiguo –moderno. Hubo la necesidad de una exposición histórica de los fenómenos, pero la situación había cambiado. Se elevó a una nueva fase. Para Walter Muschg, esta nueva fase había surgido no por las normas mecánicas de desarrollo de la historia sino por las leyes anímicas del espíritu humano con que enfrenta el material que el destino les ofrece. Esta nueva fase conlleva nuevos puntos de vista, nuevos planteamientos de problemas, nuevas hipótesis, las que deben ser examinadas en el plano de la historia comparada. En esta fase, el problema del perfil del poeta representa también un problema central que sirve para contrastar los conceptos fundamentales que entraña la consideración científica.

En este capítulo, Walter Muschg, considera al individuo creador como la última instancia de la historiografía. Pone como ejemplo, que los orígenes de la literatura alemana se buscan precisamente en la descripción individual del poeta. Por esto, a pesar del carácter anónimo del arte de la Alta Edad Media, el poeta que crea, se siente movido a hacer confesiones incidentales sobre sus compañeros también poetas.

El caso específico de Goethe, quien en su libro séptimo de Poesía y verdad, confesaba que él no se acomodaba a las cosas terrenales. Describiendo los cuadros motivado por sus emociones, los cuales no se podrían considerar de desde cualquier punto de vista, una exposición objetiva. Al respecto Walter Muschg, dice, estas emociones desplegadas por Goethe en sus escritos escapan a los propósitos informativos que se propone, disminuyendo el matiz racional y aumentando lo irracional y genial en esa autobiografía.

Se destaca, además, la polémica entre Goethe y Ludwig Tieck (ambos, escritores alemanes). El resumen de esta polémica se centra en que Goethe empezó a atacar al dramaturgo y escritor inglés W. Shakespeare en un ensayo titulado “Shakespeare y más Shakespeare”, manifestándose a su vez contra la labor shakesperiana que cumplía Tieck. Este último, haciéndole recordar que en su juventud Goethe lo ensalzaba y que ahora lo atacaba simplemente porque le molestaba que “Shakespeare no fuese nunca, en modo alguno, Goethe”. Tieck en ningún momento deja de defender al Goethe romántico y cuestiona al clásico en que ha devenido.

Por otro lado, el escritor alemán Gervinus matiza sus obras del entusiasmo por la literatura clásica. Siente que Goethe y Schiller le convencen de que el espíritu alemán está llamado a reinar sobre el mundo. Y ciertamente, los alemanes han sido los únicos que han sabido seguir marchando por el camino de la verdadera poesía y han vivido la más hermosa floración de la sabiduría y el arte griegos.

También se resalta la posición contraria de Gervinus a la forma tradicional de los compendios que realiza la historia literaria, en la que se ve un resto de la antigua pedantería, completamente indigno de nuestra cultura.

La escuela de Scherer tiene como principios al positivismo y al método e ideología materialista, de donde saldrá su entusiasmo y su voluntad de someter la ciencia literaria a los postulados de esos principios.

Sobre esta base, según Walter Muschg, va a surgir un tratamiento “definitivo” y organizado de los materiales de la historia literaria, de manera que la inteligencia del investigador se ha ido sistematizando hasta encontrar detalles biográficos de mucha utilidad. Dentro de estas biografías, la más representativa es la de Lessing, escrita por Erich Schmidt. En esta se nota, un gran saber literario del autor así como un concienzudo esclarecimiento de las contradicciones del personaje estudiado; se nota además, una consagración integra del autor a la investigación de los hechos.

Anteriormente, se había clasificado al individuo creador como la última instancia de la historiografía, ahora se considera a otro tipo de individualista, definido como el oposicionista. Según Muschg es tipo pertenecería a los periodos tardíos y significaría un renovado acercamiento a la actitud artística en sí misma. Además este individuo de la creación guarda las distancias y tiene una actitud negativa, aislando a la figura creadora de la masa, y tornándola una leyenda.

En ese sentido, las lecciones que da Hermann Grimm sobre Goethe están matizadas de una actitud diletante y de una hostilidad contra el gremio de los investigadores. De manera semejante al filosofo Schopenhauer y Nietzsche, despreciaba el pragmatismo de la historia y creía en la coexistencia de los héroes de la humanidad fuera del tiempo.

El rasgo no gremial del libro de Grima anticipa su tendencia a convertir el genio en mito. Así su visión creadora de mitos recae sobre el poeta mismo, pero sin que éste se descomponga en una pluralidad de fenómenos independientes. La tradición de estos mitos de poetas produjo su manifiesto teórico en la discutidísima introducción al Nietzsche de Ernst Bertram. Esta tradición niega sencillamente un conocimiento objetivo de la historia y disuelve la conexión puramente aparente que presenta la persistencia del pasado en la conciencia de la posteridad en una metamorfosis de dioses, en la que toma parte cada época con su imagen propia de los héroes.


[1]Crítico literario alemán. El perfil del poeta en la historia literaria, capítulo VII

2 comentarios:

  1. la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, en el pregrado de Artes Visuales, está totalmente enlazado y apoyado a la investigación. A la subjetividad, pero basada en la objetividad. A el con`cépto del más mínimo detalle en cada imágen. No es cierto que sólo los poetas soportan y le dan peso a sus obras por medio de la investigación.

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