sábado, 19 de septiembre de 2009
¿CÓMO RECONOCÍ A UN AGENTE DE INTELIGENCIA?
-¿El editor? -contestó mi padre.
-Sí, el editor de Abimael. He venido a comprar libros. Quiero llevarlos a Ayacucho.
Y el tío rechoncho insistía. Decía que había venido desde Huancavelica y que era un comerciante muy bueno para los negocios. Le habló a mi padre de sus anteriores tratos comerciales, de sus viajes llevando mercadería a lugares recónditos; en fin, insistía en verme. Su voz se oía a lejos.
Si no le hubiera escuchado tal vez no habría ido a encararle pero cuando oí esa voz de tono lumpen, algo amenazante a mi padre, salí. En ese momento estaba en mi cuarto leyendo las noticias por la red. Una de ellas afirmaba lo que nunca había afirmado; otra, menos sensacionalista, mostraba las declaraciones de constitucionalistas sobre el tema de apología al terrorismo. El resto, publicitaba la salida del libro.
-¿Qué quieres? -le espeté, con cierto fastidió, al tío rechoncho que estaba sentado en el restaurante de mi padre.
-Quiero llevar los libros de Guzmán a Ayacucho -dijo con cierto temor.
-Pues, anda a las librerías, allí venden -le respondí.
Y el tío cogió la visera de su gorra, nervioso. Por mi parte, le miré a los ojos como diciéndole, "ya pues, no seas monse, estas al descubierto, eres un agente, descúbrete". El tío empezó su rollo de mercachifle improvisado. Repitió lo mismo que le había dicho a mi padre y que seguramente había ensayado horas y horas ante un espejo de las oficinas de la DIRCOTE. Pero se notaba a leguas su nerviosismo, su improvisación, su poco convencimiento de lo que decía. Por ejemplo, no era capaz de sostener la mirada o sus manos se movían sin sentido. Además, era contradictorio su rollo. Decía que era de Huancavelica, sin embargo, ni un dejo del habla andina; ni siquiera su rostro era típico del poblador huancavelicano, al contrario, era más castizo que el de un pata de la molina. Pero recordé a un tal Salas, que había sido premier o algo asi del gobierno de Fujimori, y que tenía también un rostro blanquiñoso. No siempre el color de la piel puede asegurar la procedencia, pensé para mí.
-¿Cómo se llama el nombre de tu empresa? -le pregunté mientras ganaba algo de tiempo para tomarle fotos.
-Soy comerciante independiente -me dijo, más calmado.
Entonces saqué una cámara canón, de esas pequeñas que rematan en polvos azules, y le empecé a tomar fotos. El tipo se levantó. Salió del restaurante y se fue apurado, sin decir nada.
lunes, 20 de julio de 2009
ROBLES GODOY: El hombre flaco bajo la lluvia (Análisis). Parte I
El presente trabajo pretende explorar de manera sucinta pero sustanciosa, la estructura narrativa de los cuentos que componen el libro de Robles Godoy. Apelando a algunos teóricos literarios del cuento como Claude Bremond, Vladimir Propp, Barthes y Kayser, he intentando esbozar un esquema que sintetice mejor el análisis de los trabajos literarios. Cada cuento con su particularidad han sido examinados teniendo en cuenta la ligazón que tienen con el corpus total del texto que hace el libro. Las conclusiones finales, justamente tratan de afirmar esta idea considerando el cuento central que da motivo al titulo y al subtitulo señalado en el libro editado.
HUMO
El primer cuento que abre el libro de Robles Godoy, Humo, narra la historia de dos personajes cuyos nombres se desconocen pero que están vinculados por el parentesco de padre –hijo. Por un lado, el padre fumador que es recordado por el hijo con nostalgia, y por otro lado, el hijo mismo que se va creando un mundo aparte bajo la fantasía de construir un templo con la cigarreras de metal que dejaba el padre. Construcción que a su vez encierra el deseo filial de que el progenitor enviciado por el cigarrillo ingrese al templo, aunque este deseo se vea empañado con la muerte.
El uso del tiempo está unido inexorablemente al espacio donde se desarrolla la historia. En este sentido, el cuento Humo se inicia cuando el personaje narrador recuerda al padre “Mi padre fumaba mucho” y la historia empieza a desmadejarse a partir de la jubilación del padre fumador. Aunque aparentemente haya una interrupción con la historia de la construcción del templo con las cigarreras, ésta no representa ninguna analepsis ni nada por el estilo, ni siquiera un flash de memoria como suele ocurrir en algunos filmes cinematográficos. Tampoco hay el recuerdo (raconto o ritornello) porque si bien el narrador intradiegético inicia la historia con el recuerdo de su padre y su adicción a los cigarrillos, este recuerdo no es más que un puente para empezar la historia, y por lo tanto, no hay una interrupción, solo es un pretexto para, a partir de allí, contarnos sobre el progenitor y también de sus propias fantasías. Creo que si hay una breve inclusión de una secuencia (llamada distasia), que de alguna manera altera el orden lógico temporal. En palabras de Roland Barthes[1], esta inclusión tendría como objetivo retardar durante algún tiempo la resolución de la historia del cuento. Específicamente me refiero, a los párrafos donde el personaje-hijo inicia la construcción del templo con las cigarreras: “Desde ese día, los días largos de mi infancia tuvieron un propósito (aparte de todo lo que hacía sin propósito alguno): construir esa edificación extraña, ...” “Comenzó a surgir un edificio raro, imprevisto,...” “Tardé poco en comprender que estaba construyendo un templo; ...” (pp. 14 y 15).
La inclusión de estos párrafos genera algunas interrogantes ¿y qué paso con el padre? ¿qué fue de él?, estas preguntas, serían parte del llamado “suspense”, como una manera de prolongar el tiempo de la secuencia y mantener el interés del lector acerca de la historia inicial con que se empezó.
El narrador es intradiegético, es decir, la historia está narrada en primera persona por un personaje narrador (el hijo, anónimo como su padre). En todo el cuento no hay ninguna alteración, las secuencias de la historia mantienen un mismo narrador hasta el final. A través de este narrador personaje se puede explorar la conciencia del hijo, sus deseos: “¿Había construido un templo en el que era imposible entrar?” “¿Cómo es posible soñar lo que no se conoce?”. Podría predecir, tal vez, que este narrador personaje es un tipo casi adolescente, teniendo en cuenta que los largos días de su infancia sirvieron para construir el templo hasta la muerte de su padre, aunque no se precise nada al respecto.
Hay pocas descripciones directas, por ejemplo la referida al templo en construcción: “un edificio raro, imprevisto” (pp. 15), o cuando haciendo uso de su subjetividad dice respecto a su casa (el personaje-hijo): “sentí la casa más amplia, más limpia y más fría”. En todo caso, las acciones de los personajes son las que brindan al lector (a manera de sugerencia), las descripciones de los personajes tanto en sus conductas así como los referidos a los aspectos físicos (retrato). En este sentido, el narrador nos muestra a través de acciones concretas el comportamiento de los personajes, por ejemplo, cuando nos narra al padre salir de casa en cualquier momento sin prepararse ni despedirse, envuelto en una nube de humo...y después, verlo regresar con el aire pesado de quien regresa de no hacer nada a no hacer nada, nos dice que este comportamiento del padre es de pena por haberse jubilado, como mas adelante se podrá constatar, hay una tristeza honda que al final lo llevara a la muerte. El narrador muestra antes que decirnos, nos da acciones concretas, imágenes que fijan en cada lector las descripciones del caso[1]. De manera similar podríamos decir de la descripción del templo construido: rojo, dorado, con laberintos, etc.
El narrador hace uso de un lenguaje coloquial de un nivel estándar: a pesar de mis jadeos agotados aguaité un corredor largo,.. En otras ocasiones el lenguaje eleva su nivel: “ignoraba que el sanctasanctórum de todos los templos ..” “como un Parsifal que acaba de encontrar el Santo Grial..” pero en ninguna parte de la narración baja al nivel del lenguaje subestandar.
Aunque el cuento fue concebido en el año 1932 (cuando el autor tenía alrededor de nueve años, como dice en su epílogo y, por lo tanto, sus influencias eran todavía incipientes), la composición misma tiene mucho de la narración moderna del cuento. La inclusión del monólogo interior, el rompimiento lógico del orden temporal a través del suspense, el uso de periodos cortos en la narración, en fin, se podría presumir que este manejo de las técnicas literarias ha recibido algún matiz de Borges, Joyce, por mencionar al azar, algunos maestros en el uso de la palabra y la técnica.
[1] Léase al respecto la obra de L. Sabarich y F. Dintel, Como mejorar un texto literario, Alba editorial, España, 2004, el capítulo referido a Decir y mostrar
[1] Véase el capítulo “Principios y objetivos del análisis estructural”, de su libro Ideología y lenguaje cinematográfico, donde dice: “Todo arte narrativo tiene posibilidad de ampliar algunas secuencias, para insertar en ellas elementos de otra”
IMAGEN DE LA PAZ OCULTA
los niños generosos buscan
escondites donde guarecer sus orejas
de los silbidos de carrizos y de bambúes
que al volar por los aires se convierten
en picadillo de ilusiones.
Una y otra y otra
al viento echan sus cometas
desde abajo, muy cerquita a la semilla,
los niños generosos y otra vez
invaden las baterías los tanques
sus patios sus flores su gallinita ciega
su etérea ronda de manitas.
No pueden alzar vuelo
sus mensajes alentadores
y hasta su recreo
se ampaya con la muerte.
A la hora que suenan las alarmas
el cielo grita de pánico,
sin tierra las aves sin aires
¿dónde harán sus nidos?
a la hora de las alarmas
las cometas comienzan a cabecear
buscando la teja del mundo
es que la muerte es muda
y se refugia en el silencio de todos.
No pueden volar sus cometas
el cielo se escapa
del bramante telúrico que lo sostiene.
Impedidas sus cometas
de alcanzar las posibles alturas de vivir
entre fieras ejecutivas que adoran
cementerios globales,
los niños generosos
tienen el derecho a convocar
el futuro del planeta,
unirse, dirigir
sus cometas contra
los zancudos metálicos,
contra la vida decretada en congresos.
Después, vendrá el recreo de niños
donde jugarán los adultos
a ser médicos de todos
aunque los hospitales estén vacíos.
domingo, 19 de julio de 2009
SIN NOVENO CIELO
Mientras almorzaban, Sixto Alcides comentó de las sorpresas de la vida y que ahora, cuando menos lo esperaba, se había convertido en el Premio Nacional de novela. No se le cruzó la idea del reconocimiento ni del status de escritor ni cualquier otra vanidad por el estilo. Almorzando, Sixto Alcides sintió una descarga de pena recorriendo su organismo: extrañaba la bulla y el calor humano de la calle y de la libertad.
Era una madrugada de abril cuando Sixto Alcides fue detenido. En aquellos días, una dictadura había tomado el poder con tanques, balas y detenciones masivas. Lima era un caos. Cualquiera podía ser sospechoso. Cualquiera si era estudiante de San Marcos, vestía jeans o tenía el rostro muy andino; y Sixto Alcides, quiéralo o no, tenía los rasgos que buscaban los militares.
Al cabo de unas horas, todos estuvieron enterados de la noticia. Seguro que no tardarían en llegar las felicitaciones, entonces Sixto Alcides las recibiría azorado, sonriendo como un niño y por momentos, se sumergiría en sus pensamientos. ¿En qué piensas, mi amor? Hoy no regresaré por la noche, tenemos una tarea con los chicos de la universidad. ¿Y yo, me quedaré sola? María, la próxima vamos juntos, ¿sí? Te amo.
Caía la noche y Sixto Alcides estaba en boca de todos. A esa hora, la prisión tenía el perfil de una montaña en el crepúsculo.
Dormía. Se soñó sobre una roca al borde de un río apacible. De pronto, todo cambió. Las aguas se violentaron furiosas y sobre éstas flotaron libros y libros mientras el caudal cubría a Sixto Alcides por completo y lo encauzaba en la correntada. Por momentos se le veía nadando hacia la orilla, pero una gigantesca ruma de libros, impedía su salvación. No se notaba asustado, al contrario, un aire de tranquilidad enaltecía su rostro. Sin embargo, cuando empezó a hundirse de veras y el río se cubrió con una infinidad de libros apolillados, deslizándose entre las hojas gusanos que comían a su paso todo y cuya voracidad los transformaba en horribles animales; y cuando él mismo empezó a ser devorado como si fuera un libro viejo, tuvo un pánico insospechado de nunca más volver a leer nada. Entonces se despertó. Ay, ¿por qué me despiertas, mi amor? Perdón, Marcita. Humm...Six, estaba soñando contigo. ¿Sí, y qué soñabas? Los dos íbamos... ¿Y? Los dos... bonitos sueños.
DESDE LAS 4:30 DE LA MADRUGADA ya no pudo dormir. Su pijama estaba empapado en sudor. Se recostó en la cama con ese aburrimiento que a veces invade todo el cuerpo y buscó bajo el colchón otra ropa para cambiarse. Recordó que desde semanas atrás tenía esa extraña calentura por las madrugadas. Deben ser las emociones del día. Sintió sed como si hubiera bailado durante horas.
Al cabo de un tiempo, se levantó preocupado, se desperezó sin ganas, sin la fuerza suficiente para levantar los brazos o ponerse de puntillas. Hubiera deseado retornar a las frazadas y echarse a dormir profundamente, total había ganado un premio y merecía un descanso, pero el excesivo calor del cuerpo amainó sus deseos. A tientas, tropezándose con el desorden de la celda, buscó un vaso de agua y se lo bebió con cierta desesperación. Apenas terminó, una tos suave le vino de golpe. Me he ahogado con el agua, se dijo, y enseguida bebió otro. Amanecía. La sed y la fiebre lo iban sumiendo en una irrealidad de la que parecía no poder escapar.
Aquel día, Sixto Alcides no se levantó como de costumbre. Los presos políticos entonaban cánticos y agitaban consignas a voz en cuello mientras los policías hacían disparos al aire. Estaba despierto pero la fiebre y la tos constante, se lo impidieron. Abrígate, mi amor, la madrugada está muy fría. Si, mi Mar, pero no voy a salir; me quedaré contigo. Ven, abrígame.
Hasta bien entrada la tarde, Sixto Alcides permanecía en la cama, por ratos leyendo algún libro que luego dejaba por otro cualquiera, por ratos dormitando bajo los efectos de una pastilla desconocida.
Ya en la noche, oyó a lo lejos que alguien gritaba su nombre con una voz de pregonero. Se levantó con cierta pesadez. El olor a transpiración era fuerte, y cuando se acercó a la reja para ver quién lo llamaba, sintió convertirse en un muñeco de trapo, que sus fuerzas eran las de una marioneta y si no fuera por una mesa oportuna, hubiera terminado por desplomarse en el suelo.
-¿Te sientes bien?- preguntó su compañero de celda.
¿Qué le pasaba? ¿Acaso no había enfrentado tantas pruebas en su vida? Solo faltaba que una simple afección bronquial lo tumbara, que cualquier otra cojudez le empañara su euforia. Sixto, ¿qué nombre le pondremos a nuestro hijo? No he pensado en ninguno pero tendrá que ser algo bueno. Six, te noto agripado. Un poco. Entonces, ponte la chalina, ¿entendiste? Alcides carraspeó para darse fuerza.
-Sí, solo un poco cansado –dijo, disimulando el malestar. Hablaba con una voz apagada que no era la suya. El prisionero entendió la mentirilla y muy sutil, cogiéndolo del brazo, lo ayudó a sentarse al borde de la cama. El chirrido de un cerrojo en el pasadizo les hizo voltear la mirada.
-¡Ese que se llama Sixto Alcides! -Oyó una voz ronca. Algunos se sumaron al grito que parecía un gruñido.
-¡Alcides, te buscan!
-¡Agua para el policía!
Sixto Alcides esperó, agitado por su respiración entrecortada y la sofocación de su temperatura y durante un segundo creyó que otro acceso de tos lo retorcería pero no fue así.
-¿Quién es Sixto Alcides? -preguntó un policía rechoncho, todavía jadeante por el trajín.
Alcides hizo silencio. Han tocado la puerta, mi amor ¿quién será a estas horas? No sé, voy a abrir. Ponte la chalina. Sí, mi Mar. ¿Por qué tocarán tan fuerte? No sé, voy a abrir. ¿No será la policía?, mejor no salgas. No te preocupes, amorcito.
- Yo soy, ¿Para qué me busca?
-Huevón, has salido en los periódicos –respondió el policía, sacando de su chaleco unos diarios muy maltratados y alcanzándoselos para que los hojeen.
-Cada uno cuesta cinco lucas
-¿Cinco lucas?
-Si me pescan tengo que romper la mano...
Quedaron en cuatro soles.
Todo parecía normal. Alcides, sentado en su cama, terminaba de leer una crónica sobre él. Lo que más le indignaba era la falsedad de la información. Un diario le calificaba de escritor maldito y otro insinuaba que no merecía el premio. ¿Y él? ¿Acaso alguien había intentado comunicarse? ¿Acaso no tenía vela en este entierro? Un tanto incómodo, dejó algunos periódicos sobre el colchón y se puso de pie. Ya estirado, sacudió con las manos la camisa adherida por la sudoración mientras expulsaba aire. Sentía que otra vez la fiebre lo iba ganando a trancos, iba sacando ventaja a su debilitamiento. Frente a él, sentado en una silla, su amigo de celda revisaba los periódicos restantes y muy lejos, la bocina de algún carro sonaba intermitente.
Tuvo la idea de mojarse la cabeza, el cuello y las axilas. Dio unos pasos hacia el baño y allí se oscureció todo. Sus ojos se nublaron repentinamente como si de pronto se los hubieran cerrado, como cuando alguien los cubre por detrás para adivinar el nombre. Tuvo un gran temor, un miedo terrible a quedarse ciego para siempre. Le daba rabia todo eso, qué vaina, ponerse enfermo justo ahora.
-No veo nada, no puedo ver – se oyó gritar repetidas veces. Cálmate Alcides, cálmate. Su amigo le ayudó a sentarse en la cama, sorprendido. Y otra vez la picazón en la garganta, esa sensación de atorarse con el polvillo de una tostada. Parecía una confabulación general: fiebre, tos y ahora, la ceguera. ¿Qué otra cosa podría venir? ¿Tanta dificultad concentrada en un solo día? No abras la puerta, Sixto, tengo un presentimiento. Olvídate, no pasa nada. No, Six ¿no te das cuenta?
-Debe ser la fiebre –lo consoló su amigo, recostándole con cuidado- Te voy a poner unos paños de agua fría.
Tuvo otro acceso de tos. ¡Es la policía! Intentó contener las contracciones de su pecho pero otra vez el cosquilleo en la garganta, esos vidriecitos raspando las cuerdas vocales. ¿Me oyes? ¿Te das cuenta? No, esta vez era en serio. Sentía que las contracciones se producían en otras partes, que había una raíz más profunda debilitando su organismo. No te alarmes, mi amor. ¡Six! Siempre estaremos juntos... ¿o acaso no nos amamos tanto como para enfrentarlo todo? Y la tos le atacó. Sin darse cuenta llegó en un santiamén hasta el baño y con los brazos sobre el lavadero, arrojó oscuros coágulos de sangre. Junto a él, aún reponiéndose de la confusión, su amigo le pedía calma y corría hacia la reja alertando a los demás prisioneros y hacia él, buscando ayudarlo. Pero la tos no cesaba, por momentos desaparecía, dándole un respiro brevísimo, y al cabo de unos segundos, volvía con más fuerza, trayendo consigo aquellos grumitos gelatinosos desprendidos de sus pulmones. Hubiese querido que alguien contuviera aquella maldita hemorragia, que de pronto alguien le diga tómate esta pastilla y asunto arreglado. Se oyó toser con violencia, aunque ahora poco le importaba; su preocupación era recuperar la vista, volver a mirar las cosas siquiera por última vez. Sus brazos temblaban y sus piernas iban cediendo poco a poco al peso de su cuerpo. Sintió que todo se iba derrumbando desde adentro.
ENTRE LAS BRUMAS de su inconsciencia, flotaba en una alfombra mágica que viajaba entre barrotes y miradas tiernas. Pensó en los que seguirían allí, sometidos a un encierro perpetuo, y en los que continuarían en el largo camino de sus sueños. Escuchó una advertencia sobre las escaleras, y notó que su alfombra cambiaba de curso y se llenaba de baches y sobresaltos. Quiso mirar el cielo de la noche, esa piel sin estrellas de la oscuridad; pero sus ojos no tuvieron la fuerza suficiente y aún cuando lo hubieran logrado, solo habrían visto el cielo raso de la prisión. Escuchó murmullos, que alguien decía es demasiado tarde. Sintió el olor de los medicamentos y la misma voz preguntando ¿Él es el premio de novela? Sencillamente atinó a quedarse muy quieto, no vale la pena responder cuando se está dormido. ¿Verdad, mi Mar?
Los Olivos, septiembre de 2004
martes, 19 de mayo de 2009
NO HAY ADIOS
No hay adiós sino en la serigrafía del pañuelo
en la voluta de los recuerdos
que se esfuman a la sombra
de las manos.
No hay abrazos frente
a un tren sino delante
de un peligro, de una oblicua
lágrima convertida en cigarrillo.
No debo decir adiós.
Algún día, una tarde insólita
he de hallarte
recostada en un parque
como si fueras un arbusto
o un árbol sin sombras.
Todo acaba
y tus ojos dejan oír
su trompeta fúnebre.
PERDURABLE
y conversamos de proscritos días
sin nubes, sin estrellas
reímos hasta del emoliente, es todo.
Cierto que hay artificios en aquella muchacha
sus aretes que aún brillan, su vieja escarapela,
su biblia en el armario, hay artificios,
mientras su otra parte luce desnuda.
nace un ardiente manifiesto.
también en su piececitos de guerrillera.
No solo en sus calles sino en el cuello
en el budín, en los ojos de los gatos techeros
deambula la esperanza con su bastón de oro.
la llama de su emancipación
en las pupilas.
Sin el aroma francés ni la sonrisa
elaborada de Gioconda en marco oro.
lunes, 18 de mayo de 2009
MOTIVO PARA NO TENER REFUGIO
para sentir los suspiros de tu tranquilidad en el caos.
Motivos para volver a casa y recibir tu tierna pregunta ¿ya en casa?
Un motivo para viajar hasta el paradero siete
y tocar el timbre bajo la cábala de tus cabellos encendidos de pasión.
Tengo una batalla depuesta. Una firma de paz junto a tus besos.
He hallado el motivo esencial
para evitar el tiempo sin máquinas de futuro,
para huir del bullicio de los microbuses
y sentir la leve música de tus palabras cerca de las mías.
Y más cerca, ¿qué otros motivos podría tener?
¿qué pasión se propagará sin freno?
El motivo anidó su fecha.
27.
Y tuvo un mes en mi memoria, enero.
Un mes que es la raíz de mis besos.
27 encuentra su imagen en una luz tenue
En un beso nocturno.
Tengo el mayor motivo para amarte
y caminar sin darle cuerdas al reloj,
el motivo para ser un instante todo
y refugiarnos en nosotros mismos,
como dos niños ante el universo.
SUELTA EN EL VIENTO AZUL
cuando vagaban sueños sueltos
por los sesos incas en el Perú
antes del desfile interminable
de letras sumerias y demás signos
de arcilla y barro
cuando las armas eran mondadientes
para escarbar los restos en las batallas
la poesía anduvo suelta en el cortante viento
suelta en la génesis de tus miradas.
Libre y libre, anduvo en las danzas
paleolíticas, en los colores rupestres.
Fue el sonido de la lluvia sin arca
y sin arco, el diluvio mismo
trazando una cordillera
o un maravilloso boquerón, fue
el cangrejo dejando huellas reversas
sobre la arena revoloteada
de vacaciones como una ce cansada
de tanto carajo
CCCCCCCCCCC
CCCCCCCCCCC
Y mi vista no fue exclusiva del Toro
de Lascaux, mis sentidos todos, homosapiens
sapiens o no, fueron sensibilizados
por la melodía indomable de la naturaleza
por el gusto insípido de las raíces
o la carne al fuego.
Mi boca se fue disolviendo
en la huella digital, en esa serigrafía
antiquísima que termina casi siempre
en el archivo de la policía.
Y mi cuerpo entero se paralizó ante
un museo de guerra, mi alma
adquirió el verso libre de las cosas
y el horror de las pesadillas humanas.
Y entera, libre
la poesía sobrevivió a todos los genocidios.
Pero antes, mucho antes de grandes
horrores y extrañezas
anduvieron tú y la poesía
en la imaginación del viento
tú y la poesía en el milagro de las
cavernas, en el basta ya de Amaru
y en la rabia de Ayacucho
tú y la poesía hasta juntarnos
en el huracán azul y comenzar
a recorrer los paraísos de Dante
sin reír ni llorar, simplemente
tú, la poesía y yo en la barca de Caronte
por el infierno o hacia
algún noveno cielo.
DEJO TU PULSERA
Aquellas perlas negras que rodean
Cada día más tus manos ágiles y brillantes:
Tu larga pulsera.
Las mismas piedras góticas de tus castillos de tristezas
en los que vives como prisionera del medioevo.
¿Verdad que debo dejar tu pulsera allí, en tu brazo derecho?
En aquella extremidad con la que saludas, abrazas, golpeas, empujas:
Tu brazo derecho con el que rodeas de ternura antes de la muerte.
Dejo tu pulsera y tus brazos pierden esa magia
Que me envolvía ciega, dulce, violenta.
TU VOZ SOBRE TODAS LAS COSAS
esa voz de tus cuerdas siempre tensas,
siempre in crescendo
ante cualquier sombra que te rodee
como un lazo de despedida.
Tu voz, el violín dulce en mis oídos,
visita mis castillos de arena
que se deshacen ante el viento de la vida.
He visto tu voz cerca al bosque inmenso donde todo resuena,
donde el eco se hace sol brillante bajo las copas de los bosques.
Tu voz leyendo mis cuentos sin inventar,
sin personajes abyectos, sin dramas totales,
libre de la feliz novedad del vestido blanco, del nudo gordiano.
He visto tu voz como una sonrisa en tus ojos,
como un lienzo violento de estos tiempos.
Y tu voz juega con las olas del mar, se zambulle,
concierta un encuentro bajo el aura de la luna,
hace un montón de cantos rodados donde se refugia, a veces,
cuando no quiere jugar.
También, he visto tu voz en mis sueños de cada día,
en mis cuadernos de apuntes,
en mi mochila que viaja de tarde en tarde por las calles de quilca.
He visto tu voz en tu sofá noctámbulo y allí me he quedado a verte,
sin hacer bulla, sin
nada de palomitas de maíz, sin los ladridos de Peque:
me he quedado feliz en las pupilas de tu voz que sonríe,
que travesura, que exhibe un filme sin final.
Tu voz sobre todas las cosas.
TUS OJOS EN MI PC
hasta asentarse en lo alto de mi PC,
desde allí, como dos ventanitas abiertas de mañana,
te veo y tu pupilas engreídas por la naturaleza
me cuentan de tus luchas, de la ferviente
batalla en la U o en cualquier calle vecina.
Me has visto también con tu sonrisa
y percibo, tras el silencio del monitor, que ese rostro
de niña tiene sus propias maneras de cuestionar,
de alentar los cambios, de llevar a cuestas
el bullicioso desorden.
Me estás mirando leve, serena y mis manos
parecen acariciar el teclado en el afán perdurable
de abrir aquellas ventanitas de mañana o de tarde
o de siempre.
Ahora, mis ojos también te miran
y no sé si podrán asentarse en tu PC o
quizá hayan cubierto por completo la memoria
de tu rojo corazón.
POEMA PARA UNA PRINCIPITA
Hazte un bosque
un cuento donde pueda sembrar
pequeños arco iris en cada puerta de las aldeas
un bosque donde los árboles sean inmensos toboganes
y se deslicen niños con sus manzanas bien puestas
un extenso bosque donde salga a cazar a los
ogros malvados, a las fieras de la noche, un
dulce río que alivie los piececitos fríos
un haz de sol por entre las copas de
los árboles, haz también
un castillo encantado
de riquezas
para bien
y para
todos
haz
siempre
una
niña
una
niña
con
una
coro
na de
reina
con
una
mochila guerrera
haz siempre luz
en una alfombra roja
miércoles, 28 de enero de 2009
Edith Piaf en la Av. Arequipa y Cyndi Lauper en el Jr. Colmena
He puesto la música de Cyndi Lauper y me entristezco. ¿Por qué debo ponerme nostálgico? ¡Carajo!, me digo. Sin embargo, la tristeza va acorde con cada canción. La interpretación, por ejemplo, de La vie en rose (la vida en rosa) me recuerda a una flaca de la Alianza francesa. Entonces estudiaba por las noches con el afán de leer en su versión original a Baudelaire o Rimbaud, o las correspondencias de Flaubert; sin embargo, esa finalidad fue perdiendo su esencia. Cada vez iba más por ver a Guislaine (una estudiante de la Católica, de literatura, muy dulce en el trato y con conversaciones enciclopédicas sobre literatura y arte). Nos hicimos amigos y salíamos al café Le Bistrot y allí podía mirarla por largo rato. Simplemente mi satisfacción era esa, sentir que su mirada y su voz se iban a quedar fijadas en mi memoria, que sus senos sugeridos por la blusa me estimulaban a fantasías insospechadas. Nuestras salidas se prolongaron más allá del café. Acordamos encontrarnos en la San Marcos, en la Facultad de Ciencias Sociales porque allí había un parque más privado, de poca concurrencia. Ella me contaba de sus curiosidades literarias que día a día iban siendo despejadas por sus investigaciones. También me decía que su madre la controlaba mucho y que por ser hija única sus padres se creían con el derecho a buscarle novio y cosas por el estilo. Por mi parte le contaba mis dramas amorosos. Desfilaban las marías, las anas, las amandas como si a través de ese relato hiciera una catarsis freudiana. Claro que cada historia no era tan real como podría pensarse, la mayoría de las veces, las reinventaba. Por ejemplo, exageraba las causas del rompimiento con una u otra chica, o atribuía las responsabilidades a ellas (como si la relación no la hubiéramos hechos los dos), en fin, creo que esta afinidad de penas, de reciprocidades en relatos amatorios fue acercándonos mucho más que el estudio del francés. De pronto sentí que la extrañaba. ¿Me estaba enamorando? Entonces decidí descubrirme, develar esa parte que algunos guardamos por prejuicios sociales.
Una noche, a la salida de la clase, le entregué un dvd.
- ¿Quieres ver la entrevista que me hicieron?
- ¿Te entrevistaron? Manya, no sabía.
- Si…
- ¿Y por qué? O sea, ¿cómo así salió la entrevista?
- Fue a raíz de un premio de poesía. Pero mejor velo en casa, ¿te parece?
Asintió muy alegre y se fue o, al revés, yo me alejé como si no quisiera seguir conversando.
Imagino que esa misma noche vio el DVD o tal vez al día siguiente que era sábado. Imagino que estuvieron reunidos todos en la sala. Ella siempre sonriente habría invitado a sus padres a mirar la entrevista de su amigo. Su madre le habría dicho que espere un rato hasta que papá salga del baño. Y luego, papá con mamá se habrían sentado en el sofá con un plato de chizitos Lays y uno de ellos, quizá la mamá porque es la más locuaz, habría preguntado, ¿es el joven que vino la semana pasada? Guislaine asentaría con la cabeza mientras terminaría de configurar el reproductor. Luego, vendría la sorpresa. Una mujer guapetona, rubia y colorada, de nombre Francesca, presentaría el segmento de la entrevista televisada. Allí o después de ese momento estallaría la conmoción.
Presentamos a Yoni Verástegui. Él ganó un premio de poesía hace dos meses. Lo que muchos ignoran es que lo obtuvo cuando estuvo en prisión sentenciado por terrorismo. Yoni Verástegui acaba de salir libre. Ahora nos contará detalles de su encierro y de cómo descubrió la fuerza de la poesía en los diez años que estuvo preso.
El papá de Guislaine habría mirado a su esposa. Ambos, luego de la sorpresa inicial, mirarían a su hija.
- Apaga un rato, hija –diría la mamá, algo nerviosa.
Guislaine apagaría el reproductor sin decir nada. Silenciosa como nunca.
- ¿Esa clase de amigos tienes?
- En verdad que no sabía nada.
- ¿Y un terrorista ha venido a nuestra casa?, ¡Santo Dios!
- ¡Les juro que no sabía nada!
Nunca llegué a enterarme de otros pormenores. En todo caso, los deduzco porque cuando la vi en la Mediateca, adonde íbamos a escuchar las pronunciaciones simuladas del francés, ella no me habló y esquivó en todo momento mi mirada. Al otro día, no vino a clases. A los tres días me enteré que sus padres la habían retirado a otro centro de idiomas, creo que al de la Católica. Solo recuerdo que dejó una nota pequeña en mi mochila (debió ser la hora que salí a tomar un café en el recreo) y que descubrí, a los cinco días.
Debiste avisarme. Mi padre es militar.
Todo esto vino a raíz de escuchar La vie en rose. Pero cuando oigo a Cyndi Lauper interpretar Stay (Permanencia), me viene a la mente la imagen de Gisele. Ella se ríe a cada momento, ningún chiste le parece mal. Cuando la conocí, yo había dejado de estudiar idiomas y había pasado varios años de lo sucedido con Guislaine. En este otro tiempo, me dedicaba a la edición de libros. No era propiamente un empresario editorial, ni mucho menos. Había alquilado una oficina en el Jr. Colmena y allí editaba libros, principalmente aquellos de la intelectualidad de izquierda. Se me ocurrió hacer eso porque creía que los libros editados por los grupos de izquierda no eran tan atractivos, mientras que la derecha divulgaba ediciones impecables.
jueves, 22 de enero de 2009
ENTREVISTA A VÍCTOR DELFÍN
Polémico en sus respuestas, el artista plástico Víctor Delfín confronta sus verdades a instituciones y mercaderes del arte.
¿Por qué los artistas han dejado de lado el arte popular ahora?
No hay artistas, habrá cuatro artistas en el Perú, el resto son pinta gatos, pinta monos, como decían Gauguin es bien fácil ser pintor lo difícil es ser artista, están llena las exposiciones de pintores pero artistas, carajo va uno a ver y copias de... el otro día fui a San Marcos, había una exposición de las artes visuales de los 70, entré a ver la exposición de mate burilado yo iba con una amiga, mira le dije ese que está ahí es de Pasarelli, ese es de... es decir todas eran copias de todo no había un original, para que mierda voy a perder mi tiempo viendo copias, me pasé de frente, no importa que se calienten conmigo pero ya es momento que tengo que decirle a los que me escuchan que basta ya de cojudeces.
Parece que hubiera una crisis en todo caso...
Hay una crisis moral, hay una crisis científica, hay una crisis de la escolaridad, hay una crisis de todo, el asunto es que hemos vivido durante veinte años como bárbaros y con dos pendejos que manejaban las cosas como les daba la gana y con una cantidad de milicos, asquerosos, ladrones, cochinos, que mataban para robar, que admiraban a Pinochet y aquí hay gente que todavía dice ¡que venga Pinochet! Pinochet lo que ha hecho es matar y robar, igual que cualquier milico, entonces como va a admirar uno a los ídolos del fútbol si te encuentras con un personaje que da vergüenza como Maradona, yo si tengo un hijo otra vez, le digo ni patees una pelota ¡carajo!, para que termines como ese cerdito, no, ese no es buen ejemplo
¿Cómo impulsar un arte que coadyuve a la formación de la nación peruana, porque estamos tan disgregados?
Lo primero que tienen que meterse a la cabeza nosotros los peruanos es una cosa, que no estamos en el aire, que estamos felizmente bajo cimientos muy sólidos que es una cantidad de expresiones culturales que además han sido distintas una cosa el arte de Piura, de Chulucanas, de Lambayeque de donde estamos aquí, de Chancay, de Paracas, son distintos pero tienen una unidad que la da la tierra el aire la atmósfera no sé qué pero la da igual en los Andes, y todo se ha desarrollado hasta que vino el cambio, no hay que requintar tampoco por los españoles porque los españoles son más mestizos que nosotros venían de ser invadidos por los árabes no era una etnia así limpia, ni pura, cuando hablan de mejorar razas, de qué mierda están hablando porque los españoles...lo mejor que tiene la cultura española, cada vez que reviso, son descendientes de todas las mezclas, la música, el concierto de Aranjuez por ejemplo es una mezcla de gitanería, de eso, Picasso que cosa es, parte de esa variedad de etnias.
Víctor Humareda hablaba de que el arte es un apostolado, ¿De qué manera los estudiantes que egresan de la escuela de bellas artes asumen este pensamiento?
Si los profesores son mediocres, los alumnos son más mediocres, salvo que haya mujeres, de modo que lo que yo espero de la escuela no son milagros, ahora no tengo ningún contacto con ellos de modo que no puedo hablar sino de los resultados.
Ha sido desplazada un poco la Escuela de bellas artes por Corriente Alterna, la Católica ¿qué es lo que está pasando?
No, eso también es otra vaina, no hay que ver las cosas así, cuando algo empieza a funcionar mal hay alguien que dice este es mi momento de aprovechar esta situación y esta bien que lo hagan, cuando no hay críticos aquí que escriben libros que saben defender su espacio, que defienden a sus artistas, que respetan a sus artistas aparecen extranjeros que nos sacan la mierda y nosotros lo aceptamos a donde nos vamos a quejar, la culpa la tenemos nosotros porque si hubiera un critico un comentarista de aquí que tenga la suficiente formación la suficiente inteligencia y el suficiente amor por su país, no permitiría toda esta vaina, pero no para que se agarre a trompadas sino con argumentos, pero entonces pues vienen los argentinos, los costarricenses, los franchutes y barren con todo ¿estamos preparados?
Maestro Delfín, usted en el 2001, en Quito, dio una conferencia sobre la Globalización y la resistencia, en la cual mencionó que Vargas Llosa en cualquier parte ya sea en Europa hace oír a los demás seres humanos las debilidades y abusos de los poderosos, ¿sigue pensando lo mismo de Vargas Llosa?
Mire, Vargas Llosa es un creador respetable, tiene todos sus defectos pero tuvo el coraje de meterse a la política y meterse a la política es doctorarse en el Perú, yo creo que lo mejor que he hecho en mi vida es salir a las calles, cuando tu sales a la calle y sientes el olor, el transpirar de los obreros de construcción, las lágrimas de los desaparecidos, te mimetizas con esto, entonces sales de allí dignificado, dignificado cuando caminas por las mugrientas calles de Lima que están llenas de cacas de perro, orines y todo eso, dignificado, porque conoces los que es tu gente, conoces el clamor de la gente que está reclamando algo que son tus hermanos, ni siquiera hablas de compatriotas, tus hermanos que están en la misma vaina y que además son muy solidarios, nunca he visto más solidaridad que en las calles, en los momentos difíciles, cuando a uno le tiran gases lacrimógenos aparece una mujer de la calle que ni tiene agua para lavarse y sale con su baldecito de agua a echarte en la cara para que no te quemen los ojos y ni tiene ni agua para preparar su té, entonces eso es solidaridad porque ven en uno que está luchando por ellos, automáticamente te conviertes en parte de ellos y cuando vienen los gases lacrimógenos y te quedas allí como un huevón que no sabes ni para donde caminar encuentras a diez obreros de construcción civil que están a tu alrededor protegiéndote para que la policía no te saque la mierda, están allí, no están de espectadores, están en el escenario, así que eso de no veas televisión, Delfín, te estás volviendo flojo, vas a dejar de crear, nunca he creado más ¡carajo! que en esa época, así que estoy feliz.
¿Cree usted que la posición neoliberal de Mario Vargas Llosa es una solución para el pueblo?
Yo no estoy en la cabeza de Vargas Llosa, así que pregúnteselo a él, yo lo tengo un respeto por su creatividad.
Pasando a otro tema, un teórico del arte contemporáneo, Arthur Danto planteaba que el arte ha llegado a su fin ya que no tiene continuidad histórica ni dirección...
Y quién dice esa tontería.
Es un norteamericano que se impresionó al ver unas fotos de Andy Wharol...
Eso es una cojudez, el arte es una necesidad, una enfermedad, ni siquiera un apostolado, yo dejo de comer a veces para estar pintando, dejo de ver una mujer linda porque me entusiasmo con la pintura, entonces es un enfermedad bien jodida, y lo he practicado desde muchacho; a veces no tenía para comprarme un par de zapatos en pleno invierno, con huecos, y que decía cuando tenga platita me voy a comprar un par de zapatos y lo primero que hacía yo era ir donde Monteverde y gastarme toda la plata y me iba con los zapatos rotos, así que no me vengan con cojudeces.
Habría una crisis en el arte, en todo caso...
La gente se asusta con la palabra crisis, es como un gallo que lo deja su enamorada y ya cree que el mundo se acabó, no aprende la lección, es una crisis que lo ha pasado por cojudo pues, que haga otro día las cosas bien y le va a ir mejor.
Esta propuesta sobre la crisis lo plantea un francés, Jean Baudrillard ¿habría una crisis en el arte contemporáneo?
Todo sigue un proceso, así como cuando uno es niño luego adolescente luego se vuelve maricón o machazo, en fin depende, son cambios, mutaciones, luego se casa, se divorcia, le pone los cuernos o uno se los pone, se enamora, son cambios y de cada cambio uno saca lo que puede, lo que es útil, entonces, hablar de que el arte abstracto era la muerte de la figuración es para cagarse de risa ahora, yo lo sentía que no era así, seguía haciendo cosas figurativas y he visto pasar el arte abstracto como lo más natural, pero no me iba a poner, porque estaba de moda, a pintar como los artistas abstractos porque yo no soy hombre de moda yo soy un hombre que existe a mí ninguna corriente me va a jalar así como si fuera un títere.
Esta crisis se manifiesta en ...
Hay crisis en determinadas... como fue la crisis del impresionismo, gracias a la crisis del impresionismo surge la energía de Picasso y crea el cubismo, la crisis del cubismo crea la aparición de la no-figuración con Jackson Pollock, la historia del arte nos va enseñando todo el derrotero pero no hay muerte en arte es la misma tontería que se dijo cuando apareció el cine que el teatro iba a desaparecer, absurdo, el teatro sigue perfectamente más robustecido que nunca, hay que ir a Nueva York para ver lo que es el teatro.
La aparición de nuevas tecnologías...
Te vas a asustar porque los chicos están haciendo videos, esa es otra onda, ese es el juguete nuevo que aparece y hay que sacarle la mierda, igual hicieron cuando apareció la página para tomar las primeras tomas en juguete, la cámara cinematográfica en juguete, no era más que un entretenimiento, pero la creación del hombre lo ha llevado a lo que es ahora, ayer he visto una película, carajo, que se llama Mar adentro, vayan a verla, pa su madre y es solo un juguete, Mar adentro y otras maravillas.
Gran parte de sus obras han reflejado las cosas que han pasado en el país, hay denuncia social por ejemplo la muerte de Soccos ¿se siente satisfecho con sus obras que ha ido creando?
Yo soy insatisfecho por excelencia, yo nunca estoy tranquilo, no todo lo hago igual, un día me gusta una mujer mañana otra, un día me voy a Nueva York otro día me canso de Nueva York me vengo a vivir acá, me voy a Quito me caso en Quito, yo no estoy quieto, soy una persona que vibra.
Hay siempre trabajos por terminar...
Proyectos que se van acumulando, montones de dibujos escribo, voy a publicar un libro de cuentos y otros textos ¿le parece bastante? Yo no estoy quieto, estoy vivo, lo único que puedo decir es que estoy vivo, la obra mía puede ser un disparate, una cojudez, no me importa, trabajo para estar vivo, para sentirme vivo yo, si alguien viene y me compra una vaina mejor, quiere decir que estoy más vivo, que tengo más aliciente para comprar material y todo.
A estas alturas de su vida ¿Cómo ve el futuro de la humanidad?,¿Con optimismo?, ¿Con pesimismo?
(risas)La vida es una maravilla lo que pasa es que la gente no se da cuenta, vive por las huevas, cada uno tiene que descubrir esa maravilla porque no hay receta, no existe receta así como para el arte no existe receta, para la vida no existe receta, yo no tengo ninguna receta a veces las cosas me salen por chiripa, el éxito aparece como una mujer hermosa sin que uno se de cuenta, carajo por qué esta mujer tan linda me hace cariño, soy tan feo y tan antipático y sin embargo me quiere igual es el éxito, soy jodido, soy un “conchesumadre” y el éxito me sonríe y hay otros que se persignan, son buenos padres y les va pésimo, a ver donde está la justicia divina ¿no es cierto?
Entonces con mucho optimismo...
¡Ah! No, si te vuelves pesimista y deprimido, te jodiste, no hay quien te salve, uno tiene que sacar las energías de uno mismo, uno está con su propio yo, con su propia naturaleza o yéndose a un carajo o salvándose.
Noto bastante fuerza y vitalidad en sus expresiones...
Que puede hacer uno cuando vive en un mundo tan imperfecto, donde todo es negación, es carencia, tiene uno que arreglárselas, crear una especie de energía particular para que no te vayas a la mierda, para que no te tomen el pelo, para que no se burlen de ti, para que no te saquen la lengua, es una cuestión de respeto a uno mismo y todas las defensas las tiene el ser humano que no sé de donde salen pero ahí están.
Pero detrás hay una visión muy científica porque el sentimiento dentro del desarrollo de las sociedades es el que nos marca el optimismo, sino nos pasaría lo que le pasó a Arguedas...
Bueno les ha pasado a muchos pero el drama personal es tan insondable, yo puedo hablar con tanto optimismo hoy día pero mañana me pego un tiro pues si me da la gana y va a decir usted, como en la película de Fellini, me va a decir, a ese hombre que le paso si hablaba con tanta energía, con tanta fuerza, y qué chucha le pasó que se pegó un tiro, abre usted el periódico, el maestro Delfín ha muerto, Delfín ha muerto se pegó un tiro, usted va a empezar a preguntarse por qué, esa es la lección de la película de anoche, lo que vi anoche es eso, amor a la vida, un hombre que había viajado tanto, que había tenido chicas tan lindas, que era buen mozo, y de repente se queda hecho una mierda, ya no quiere vivir, no es digno vivir, él prefiere estar muerto y tiene una sólida convicción, de repente me pasa algo esta noche y mañana leen los periódicos el cholo delfín se murió y la vida sigue igualita, como si nada, sobre todo aquí, eso es lo lógico.
Para concluir, cuéntenos un poco la historia de esta casa.
La historia de la casa es que va a cumplir cien años, la compré hace cuarenta años y luego toda esta parte de abajo lo he construido llevado por mi instinto.
Usted ha diseñado esta vista al mar...
Bueno, yo he nacido junto al mar, yo he tenido apartamentos en Nueva York, mis hijos tienen apartamentos en Francia y me dicen vente para acá, si no tienen mar no me jodan, yo abro la ventana de mi dormitorio y entra la música del mar que es mucho mejor que la de Vivaldi, Mozart, es la naturaleza.
lunes, 19 de enero de 2009
LA PIRATERÍA ESTÁ DEMOCRATIZANDO LA CULTURA
Crítico y mordaz, el escritor Arturo Corcuera nos habla en esta entrevista de la poesía y de los poetas, de la vida y de las situaciones oscuras en el mundo de las letras en pleno siglo XXI.
N
-¿Está el maestro Arturo Corcuera?- pregunto a una señora alta que abre la puerta.
Asiente y nos hace pasar a una sala pequeña rodeada de cuadros y máscaras de teatro. Nos invita a los sillones y luego nos deja sin decir otra palabra. Mientras comentamos algunos detalles pictóricos: ¡fíjate la composición!, ¡ése está bonito!, ¡éste me gusta! y otras frases por el estilo, aparece, de improviso, Arturo Corcuera con su cabello plateado, en forma de abanico, con el gesto serio pero amable. Nos saluda a todos y nos invita al jardín de su casa a conversar bajo una ramada. Es bueno decir que en su jardín se cobija algo del Noé Delirante. No está la fauna imperialista como Mickey Mouse, el tenebroso agente de la CIA, ni el rico Mc Pato ni el tío Donald, ni otros mencionados en sus versos. Tampoco se presiente a Tarzán o a Jane, porque la Warner los ha golpeado hasta ser devorados por el neoliberalismo y todo el discurso de la posmodernidad. No hay nada de eso. Sin embargo, el jardín de Corcuera tiene mucho de su poesía, empezando por el gigante mural que aparece en el patio y por las piezas de escultura de su hija Rosamar; además, la fuente de granito y sobre todo por su frondosa vegetación: un amplio césped, rosales, árboles de sombra y de frutos como el mango. Incluso, hasta los juegos mecánicos instalados temporalmente para sus nietos, al fondo, conjugan con la naturaleza ficticia o real del jardín de Corcuera.
Una vez acomodados en unos sillones de usanza campesina, le hablo de los últimos premios que acaba de obtener: el Premio Atlántida 2002 (España) y el Premio Trieste 2003 (Italia) y le pregunto ¿Qué piensa de los premios literarios? Casi todos los premios ya están acordados, ellos [las editoriales] no van a correr el riesgo de premiar a un desconocido,…hay una inversión de dinero que aprovechan y ellos invierten sobre eso, pero jugársela por alguien desconocido ni hablar. Imaginándome en lo bien que vendría en estos tiempos los más de 630 mil dólares, le inquiero: ¿Y el premio Planeta? El Premio Planeta es un premio que no concursa. Entonces ¿Está hablando de literatura fabricada, comercial? Así es, lo que hace Planeta, sí. Insisto ¿Y el premio Copé que da PetroPerú, es lo mismo? Sí, porque si tú te das cuenta ¿quiénes son los jurados? Son los mismos de todos los años y nadie protesta, que a su primito, a su amigo, … Tiene razón, siempre las mismas personas y por lo tanto, los mismos criterios para valorar un cuento o un poema. Mira hubo un año en que Camilo José Cela declaró que el Premio Planeta era un premio lleno de mierda. Pero al año siguiente le dieron el premio y se calló.
Cuando se refiere a los planes de las grandes corporaciones editoriales que pretenden manejar hasta el pensamiento de los escritores e intelectuales, delinéandoles el camino de sus creaciones y obras, su rostro se encoleriza, sus manos acusan y cuestionan como si ante él estuvieran esos personajes. Santillana es una empresa poderosísima, la más poderosa de España, tiene Canal Plus, el diario El País, tiene cinco editoriales, aparte de Alfaguara, tiene la de Aguilar, hace textos escolares, en fin, si te peleas con Santillana desapareces, por ejemplo, yo estoy peleado con ellos. Hace varios años me llamaron y me propusieron que personifique el plan lector de Santillana. Me dijeron, si usted vale 50 le vamos a promocionar para que valga como 100, vamos a invertir en su imagen, vamos a hacer recitales en Latinoamérica, vamos a editar libros suyos, conocerá nuestras filiales, etc. y me dan un borrador de contrato. Arturo Corcuera nos cuenta que aun sin haber firmado el contrato, el grupo Santillana se opuso a que la UNESCO divulgara uno de sus trabajos Declaración de los Derechos del niño en formato de periolibros, aduciendo que ya había un borrador de contrato. [A las grandes editoriales] No les interesa la buena literatura, todo es comercio, y crean un gusto, crean un éxito. En todos los foros del mundo he dicho esto cuando me salen con eso de que la poesía no se vende. ¿Por qué no se vende? ¿Ustedes le han hecho promoción?¿La coca cola vendería como se vende si de la noche a la mañana le quitaran toda esa promoción? ¿Y la cerveza vendería como se vende si le quitan la promoción? No, estamos en un mundo en que la promoción funciona. Le escucho con atención y se me viene a la mente la pregunta ¿Qué hacer? El poeta tiene que crear sus propias formas para difundir sus trabajos. Le sugiero que en ese sentido habría que democratizar la cultura o en todo caso que la expresión artística de cada clase social debería tener las mismas oportunidades de difusión y publicación. La piratería está democratizando la cultura, sino hubiera piratería no podríamos comprar un libro de reciente publicación ni un disco nuevo, claro que hay un sector que puede comprar las cosas originales, pero la mayoría, no.
Larga fue nuestra conversación, hablamos no solo de literatura sino también de cine, política y hasta de sus dificultades con la computadora. Nos hizo recorrer por toda su casa, hasta degustar un almuerzo sobrio pero exquisito. Al final, casi para despedirnos, nos obsequió algunos de sus libros y una frase sentenciosa: los poetas no son pájaros en extinción.
ACERCA DEL PERFIL DEL POETA
W
alter Muschg[1] sostiene que la historia literaria se debate con un problema existencial debido a que las obras y creaciones que son materia de sus estudios, utilizan el mismo medio de expresión que esta ciencia también usa: el lenguaje. Pero el uso que cada uno de ellos realiza, es distinto. Mientras que la historia literaria emplea el lenguaje de una manera racional para sus investigaciones históricas y contextuales; las obras y creaciones al ser materializados por los poetas y escritores, lo utilizan de una manera simbólica, poética. Esto permite afirmar que el poeta al constituir como objeto de investigación el fenómeno creador lo hace con el conocimiento de su profesión enmarcándolo dentro de un proceso histórico.
Ahora, a diferencia de otros intelectuales o artistas, llámese pintores, músicos, políticos y otros, que raras veces se ponen a analizar en un plano abstracto sus métodos de trabajo y el resultado final de sus actividades; los poetas, por el contrario, establecen una relación muy estrecha con los problemas y los métodos de sus actividades creadoras. Saben sopesar sus propias energías vitales –a nivel de experiencias creadoras- con los conceptos teóricos que manejan. En palabras de Muschg, “el hombre dotado como artista es capaz de llegar a comprender los problemas del arte”(p.294).
Sin embargo, definir el perfil del poeta implica resolver también algunos problemas. Por ejemplo, el referido a la carencia de objetividad científica en la caracterización de los poetas contemporáneos en sus investigaciones, ya que se limita a observar la actividad creadora como algo esencialmente incomparable, inescrutable, una maravilla que se sitúa más allá de toda conexión causal. Estas ideas llevan a que conozca los acaecimientos del mundo como mito de su propia existencia, como algo muy subjetivo. A pesar de que el poeta se halla unido a la realidad sus juicios tendrán siempre una dosis de parcialidad, justamente como consecuencia de su subjetivismo.
Por otro lado, la historia literaria como ciencia tiene que examinar los fenómenos de manera que llegue a comprender sus acaecimientos para luego retornar a su propio terreno y desde allí, formular sus observaciones y sus resultados. Todo esto bajo esa actitud vital y de conceptos asimilados. De aquí surge una problemática relacionada con la cuestionabilidad de sus investigaciones, considerándose que el problema del método contiene ya la atribución o la pérdida de sentido en los trabajos realizados: monografía, exposiciones, etc. En todos los trabajos de investigación literaria confluyen esa relación de individualidad y las potencias históricas del espíritu, mientras que en una obra poética, el autor solo nos da el símbolo de su posición vital ante el mundo.
El moderno historiador de la literatura debe considerar los principios de la ciencia literaria y la historia bajo el movimiento del espíritu. De esta manera, el poeta que asume el papel de científico irá desbrozando una senda en el organismo de la historia literaria que investiga expandiendo vida, con su energía vital.
Para ubicar los orígenes del perfil del poeta en su retrato científico, es necesario buscarlos en el humanismo y en el Renacimiento. En estas épocas, hay una floración de la biografía: Boccaccio, Villani, Enea Silvio. En esos documentos exaltando el culto a la personalidad, se ponen al descubierto las anécdotas de aquellos hombres en una satisfacción consigo mismos, los amores provincianos por la gloria y la intensa necesidad de apoyarse en los modelos antiguos. Todo esto son características de la primera fase que en Alemania no prospera porque se da más importancia a la autobiografía reflexiva. De esta manera el yo toma conciencia de sí mismo como nunca antes. Corría el siglo XVII cuando La historia literaria empieza a encargarse de todo esto. En el siglo XVIII, el escritor alemán Lessing empezó a representar en una parte de su personalidad esta tradición pero agregó en los estudios literarios la estética inductiva, así como el relativismo histórico desplazando al culto fetichista de los nombres y títulos. Destacan además, el filósofo y matemático Leibniz, quien sustentó su teoría de la mónada; Voltaire, Montesquieu, Vico quienes aportan nuevas ideas. Pero, fue el sensualismo inglés el que acercó las ideas cada vez más al campo de la experiencia histórica. Winckelmann, escritor alemán establece cuatro periodos estilísticos en el arte griego, siendo de esta forma, en palabras de Goethe, el primero en ir de lo individual hasta la idea de una historia general del arte. Johann Herder, también escritor alemán, logró unificar la sensibilidad estética con lo histórico, puso las bases para una historia comparada de la literatura universal y de la estética. Por otra parte, Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller, se encargan de consolidar el régimen instaurado por Herder, y los románticos recogen su herencia.
De esta manera termina el primer ciclo. La investigación literaria y artística había recaído en manos del mismo genio creador. En este ciclo se había dividido en períodos la historia del espíritu, de la poesía con ayuda de parejas de conceptos dialécticamente entrelazados: ingenuo –sentimental, idealista –realista, antiguo –moderno. Hubo la necesidad de una exposición histórica de los fenómenos, pero la situación había cambiado. Se elevó a una nueva fase. Para Walter Muschg, esta nueva fase había surgido no por las normas mecánicas de desarrollo de la historia sino por las leyes anímicas del espíritu humano con que enfrenta el material que el destino les ofrece. Esta nueva fase conlleva nuevos puntos de vista, nuevos planteamientos de problemas, nuevas hipótesis, las que deben ser examinadas en el plano de la historia comparada. En esta fase, el problema del perfil del poeta representa también un problema central que sirve para contrastar los conceptos fundamentales que entraña la consideración científica.
En este capítulo, Walter Muschg, considera al individuo creador como la última instancia de la historiografía. Pone como ejemplo, que los orígenes de la literatura alemana se buscan precisamente en la descripción individual del poeta. Por esto, a pesar del carácter anónimo del arte de la Alta Edad Media, el poeta que crea, se siente movido a hacer confesiones incidentales sobre sus compañeros también poetas.
El caso específico de Goethe, quien en su libro séptimo de Poesía y verdad, confesaba que él no se acomodaba a las cosas terrenales. Describiendo los cuadros motivado por sus emociones, los cuales no se podrían considerar de desde cualquier punto de vista, una exposición objetiva. Al respecto Walter Muschg, dice, estas emociones desplegadas por Goethe en sus escritos escapan a los propósitos informativos que se propone, disminuyendo el matiz racional y aumentando lo irracional y genial en esa autobiografía.
Se destaca, además, la polémica entre Goethe y Ludwig Tieck (ambos, escritores alemanes). El resumen de esta polémica se centra en que Goethe empezó a atacar al dramaturgo y escritor inglés W. Shakespeare en un ensayo titulado “Shakespeare y más Shakespeare”, manifestándose a su vez contra la labor shakesperiana que cumplía Tieck. Este último, haciéndole recordar que en su juventud Goethe lo ensalzaba y que ahora lo atacaba simplemente porque le molestaba que “Shakespeare no fuese nunca, en modo alguno, Goethe”. Tieck en ningún momento deja de defender al Goethe romántico y cuestiona al clásico en que ha devenido.
Por otro lado, el escritor alemán Gervinus matiza sus obras del entusiasmo por la literatura clásica. Siente que Goethe y Schiller le convencen de que el espíritu alemán está llamado a reinar sobre el mundo. Y ciertamente, los alemanes han sido los únicos que han sabido seguir marchando por el camino de la verdadera poesía y han vivido la más hermosa floración de la sabiduría y el arte griegos.
También se resalta la posición contraria de Gervinus a la forma tradicional de los compendios que realiza la historia literaria, en la que se ve un resto de la antigua pedantería, completamente indigno de nuestra cultura.
La escuela de Scherer tiene como principios al positivismo y al método e ideología materialista, de donde saldrá su entusiasmo y su voluntad de someter la ciencia literaria a los postulados de esos principios.
Sobre esta base, según Walter Muschg, va a surgir un tratamiento “definitivo” y organizado de los materiales de la historia literaria, de manera que la inteligencia del investigador se ha ido sistematizando hasta encontrar detalles biográficos de mucha utilidad. Dentro de estas biografías, la más representativa es la de Lessing, escrita por Erich Schmidt. En esta se nota, un gran saber literario del autor así como un concienzudo esclarecimiento de las contradicciones del personaje estudiado; se nota además, una consagración integra del autor a la investigación de los hechos.
Anteriormente, se había clasificado al individuo creador como la última instancia de la historiografía, ahora se considera a otro tipo de individualista, definido como el oposicionista. Según Muschg es tipo pertenecería a los periodos tardíos y significaría un renovado acercamiento a la actitud artística en sí misma. Además este individuo de la creación guarda las distancias y tiene una actitud negativa, aislando a la figura creadora de la masa, y tornándola una leyenda.
En ese sentido, las lecciones que da Hermann Grimm sobre Goethe están matizadas de una actitud diletante y de una hostilidad contra el gremio de los investigadores. De manera semejante al filosofo Schopenhauer y Nietzsche, despreciaba el pragmatismo de la historia y creía en la coexistencia de los héroes de la humanidad fuera del tiempo.
El rasgo no gremial del libro de Grima anticipa su tendencia a convertir el genio en mito. Así su visión creadora de mitos recae sobre el poeta mismo, pero sin que éste se descomponga en una pluralidad de fenómenos independientes. La tradición de estos mitos de poetas produjo su manifiesto teórico en la discutidísima introducción al Nietzsche de Ernst Bertram. Esta tradición niega sencillamente un conocimiento objetivo de la historia y disuelve la conexión puramente aparente que presenta la persistencia del pasado en la conciencia de la posteridad en una metamorfosis de dioses, en la que toma parte cada época con su imagen propia de los héroes.
[1]Crítico literario alemán. El perfil del poeta en la historia literaria, capítulo VII